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La mejor postura para alcanzar el orgasmo


La mayoría de los expertos en sexología coinciden en que se trata de la postura más placentera para ambas partes y la que permite en mayor medida que hombre y mujer alcancen el orgasmo.

Aunque es algo necesario para tener una vida sexual saludable, lo cierto es que en cuestiones de sexo son pocas las parejas que se atrevan a innovar demasiado en sus posturas. Mientras el misionero suele ser la más común de las practicadas, hay otra que también triunfa en muchas camas aunque, por lo general, se practica menos.

La postura coital conocida como el perrito, en la que se realiza la penetración vaginal por detrás estando la mujer 'a cuatro patas' y su pareja situada a su espalda, resulta muy atractiva para muchos varones que ven en ella la mejor opción para controlar los movimientos durante el acto mientras sujeta a la mujer.

A diferencia del mencionado misionero, ellas pueden disfrutar del sexo sin tener que soportar gran parte del peso de su compañero y además tienen la posibilidad de acariciar su clítoris o guiar la mano de su compañero para que lo haga paralelamente a la penetración.

Apenas el 44% de los hombres y tan sólo un 36% de las mujeres reconoció haber probado esta posición

La mayoría de los expertos en sexología coinciden en que se trata de la postura más placentera para ambas partes y la que permite en mayor medida que hombre y mujer alcancen el orgasmo. ¿Nunca la has probado o los resultados que has conseguido han sido un poco funestos? Quizás tengas que saber un poco más sobre la postura del perrito.

Todo el placer femenino al alcance

Como dice Frank Kobola en Cosmopolitan, “el sexo al estilo perrito es perfecto para una penetración profunda de tal manera que se consiga alcanzar el punto G”. Esto la convierte en una postura ideal para las mujeres que además encuentran la posición ideal para excitar su clítoris mientras son penetradas.

Como decíamos, bien pueden hacerlo ellas o bien pueden aprovechar la ocasión para guiar a sus parejas en la tarea de estimular sus principales zonas erógenas ajustando y controlando los tocamientos para llegar al orgasmo. Es más, practicando el perrito no sólo se tiene acceso directo al clítoris sino que se pueden acariciar los pechos de la mujer, agarrarla por las caderas, darle palmaditas en el trasero…

Sexo desde un ángulo diferente

Aunque sea una de las posturas más típicas de las películas porno, no te equivoques: el perrito se practica desde los antiguos griegos. De hecho, numerosas obras de arte y de la literatura grecorromana hacen referencia a esta posición sexual, como el filósofo Lucrecio quien habló de ella como la mejor postura para fecundar a una mujer (aunque su afirmación no tenía ningún tipo de base científica, claro).

Y si se ha mantenido durante tantos siglos, por algo será. “Para muchos hombres la postura del perrito es la única manera de tener relaciones sexuales por detrás”, comenta Kobola. Lo mejor de esta postura es que no exige un ángulo de elevación concreto: la mujer bien puede estar ‘a cuatro patas’ y el hombre apoyado sobre sus rodillas como ella puede inclinarse hacia abajo y él ponerse de cuclillas.

Según diferentes estudios esta postura está considerada como una de las más peligrosas

Las variaciones son múltiples y lo importante es buscar la comodidad y el placer de ambas partes. Un consejo: si optas por la posición en la que la mujer se inclina hacia delante –incluso llegando a quedar prácticamente tumbada bocabajo– lo mejor es colocar una almohada debajo de ella para que su pelvis se eleve y la penetración sea más sencilla.

Una postura muy animal

No es casualidad que se llame hacer el amor al estilo perrito. De hecho, además de los canes, dentro del reino animal hay un montón de especies que se aparean de esa manera como caballos, camellos, jirafas o elefantes.
Claro que también hay animales que no la practican como las ballenas o los delfines y otros que sí, pero que saben combinarla con otras posturas. En este último grupo, primates como los bonobos se llevan la palma.

Muy variado, pero poco practicado

Uno de los básicos de la pornografía, una de las posturas más cómodas y placenteras y entre las más mencionadas cuando se habla de sexo, pero que apenas se practica. Según el último estudio de la National Survey of Family Growth –realizado en 2008–, apenas el 44% de los hombres y tan sólo un 36% de las mujeres reconoció haber probado esta posición al menos una vez.
Pocos lo han probado pero, de acuerdo con la encuesta realizada por Women's Health en 2014, es la preferida de la mayoría de los chicos, muy por delante de otras clásicas como el misionero.

Cuidado: un crack inesperado

Debes saber que, dependiendo del ángulo de inclinación que adopte la espalda de la mujer y del ímpetu de los movimientos que realice él, el perrito también puede resultar una postura algo incómoda que se traduzca en contracturas musculares tan intensas como los orgasmos conseguidos.

No solo eso. Según diferentes estudios esta postura está considerada como una de las más peligrosas y puede derivar incluso en una fractura de pene. Una investigación publicada en Advanges in Urology la situaba como la segunda posición responsable de este desagradable –y tratable vía cirugía– fractura. A un 28% de los accidentados les ocurrió practicando esta postura solo por detrás del 50% sufrieron la rotura teniendo a la mujer encima –la vaquera o cowgirl– ya fuese de frente o de espaldas.

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Fuente: El confidencial

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